viernes, 4 de enero de 2008

De las pobrezas y la mía

Roja Changó:

Existen en el mundo diferentes tipos de pobreza, la que se llama pobreza extrema o también conocida alimentaria que es en donde a la persona no le alcanza el ingreso para poder comer de forma segura todos los días, existe otra que aboga por la pertenencia o propiedad y se le conoce como pobreza patrimonial. Afortunadamente yo no sufro ninguna de estas dos pobrezas, pero al mismo tiempo he sido capaz de sentir "en lo más hondo" el sufrimiento de la población, inicialmente de nuestro país y posteriormente de América Latina y eso ha causado que yo encauce mis esfuerzos para intentar cambiar algo eso, he hecho tan poco que podría ser considerado nada... seguiremos en el intento.

Y bueno, pero este texto no tiene la intención de encontrar la solución a la pobreza del mundo sino de señalar mis propias pobrezas y aunque son muchas me enfocaré en solamente una. En mi pobreza expresiva, particularmente hoy, me dí cuenta que a pesar de que cuando menos una vez en cada conversación trato de utilizar una palabra de más de 5 sílabas, o hacer la descripción más profunda y conspicua de la vida o de lo que estoy viendo, sintiendo y sobre todo queriendo, pero me doy cuenta roja Changó, que soy tan pobre... Que en el momento en el que ya las palabras no me dan, en donde el sentimiento es burdo, es primitivo, no puedo soltarte la mano, no puedo dejar de intentar darte un beso, o expresar de forma física lo inexpresable en palabras y no es porque sea indecible sino porque como reitero, soy pobre, no se más.

Las cosas pasan por algo pero como quisiera que pasaran a mi tiempo. No tenía la intención de mencionarlo, pero también sufro de la pobreza de la ubicuidad y temporalidad. Me gustaría estar AHÍ en tiempo y espacio. Mas mi pobreza me ubica, tarde o lejos o tarde y lejos. Dicen los sabios, los verdaderamente sabios de nuestra tierra, es decir nuestros ancestros indígenas, que existe una deidad dual que es una deidad Mayor y cuyo nombre es Tloque-Nahuaque que es el Señor del Cerca y del Junto, podría haber un ligero paralelismo con Olordumare en nuestro panteón, pero no tiene caso buscar igualaciones en realidades tan distintas y tan sabias. Yo no quiero ser el SEÑOR del Cerca y del Junto... pero si quiero estar cerca y junto de ti en los momentos importantes. Sin embargo, hay momentos en los que estoy incluso junto pero no estoy cerca, y en los que estoy muy cerca pero no estoy junto.

Dicen que el tiempo es sabio, pero como es agresivo y contrariador, cuando esperas que las cosas sucedan rápido, se alentan, y viceversa. Relatividad le diría Einstein, yo le digo ganas de fregar.

Este texto es muy ecléctico, muy como yo y muy para ti. Finalmente aquí está este pobre que te mira y que ahora, mientras escribe, no está ni cerca ni junto, ni en tiempo.

Tuve un arbol pero se secó,
tuve un niño y entre mis manos creció,
tuve un libro pero envejeció,
el tiempo se llevó, toda la inocencia
que al nacer les dio.

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