sábado, 18 de octubre de 2008

El proceso mental de la chaqueta:

Durante mis ya incontables encuentros conmigo mismo en las noches, me he detenido a pensar (por supuesto terminando el éxtasis) acerca del proceso mental que el provechoso ejercicio que la chaqueta trae consigo… Es muy simpático acordarse como en un momento determinado a mis 12 años (edad que calculo que empecé aunque puede ser un tanto antes) uno imaginaba a partir de lo que su imaginación proveía… hacía ideas de cómo podrían ser las cosas… de cómo podrían suceder los hechos… no era nada concreto simplemente era la viva imagen del deseo de que algo así te sucediera… dijera el maestro Polo Polo… “la chaqueta es el mejor palo que te puedes echar”… ya que lo realizas con cualquiera, no tienes que andar apapachando al terminar… no hay NADA. Pero con el paso del tiempo me fui dando cuenta que a partir de que la experiencia en forma se creaba… la chaqueta se iba enfocando más (en mi caso, creo yo) en la recreación de momentos alegóricamente disfrutables. Pasan los años y empieza uno a combinar experiencias, hechos consumados, y por supuesto no falta el toque de imaginación que a falta de esta harían de la chaqueta un protocolo y no un momento de cavilación.

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