jueves, 5 de noviembre de 2009

Sin remitente, sin destinatario

La pena y la que no es pena, llorona, todo es pena para mí.
Ayer penaba por verte, llorona, y hoy peno porque te oí.
Ay de mi, llorona, llorona llevame a ver: donde de amores se olvida y se empieza a padecer.
Alza los ojos y mira llorona, allá en la mansión oscura: una estrella que fulgura, llorona, y trísteme suspira, es Venus que se retira, llorona, celosa de tu hermosura.
Ay de mi llorona, llorona que sí, que no. La luz que me alumbraba, llorona, en tinieblas me dejó.
Dicen que el primer amor, ay llorona, es grande y es verdadero. Pero el último es mejor, ay llorona, y más grande que el primero.
Ay de mi llorona, llorona dame una estrella, que me importa que me digan, llorona, que tu ya no eres doncella.
Las campanas claro dicen, llorona, sus esquilas van cantando: Si mueres muero contigo, llorona, si vives, te sigo amando. Es cierto lo que te digo, puedes publicarlo en bando.
Ay de mi llorona, llorona del alta cumbre, yo soy como los arrieros, llorona: llegando y haciendo lumbre.
No me llores cuando muera, llorona, ni cuando me veas tendido. Llorame si tu me quieres, llorona, ahora que yo estoy vivo.
Ay de mi llorona, llorona yo te pidiera: que tu huipil de brocado, llorona, me cubra cuando yo muera.
Tus trenzas causan despecho, llorona, no por negras, ni sedosas, sino porque son dichosas, llorona, cuando ruedan por tu pecho.
Ay de mi llorona, llorona de mi ensoñación: En tus dos hermosas trenzas, llorona, se quedó mi corazón.
Cuando entrabas por la iglesia, llorona, te divisó el confensor. Se le cayó la custodia, llorona, porque temblaba de amor.
Ay de mi llorona, llorona de azul delirio: El que no sabe de amores, llorona, no sabe lo que es martirio.
A mi, el confesor me dijo, llorona, que te olvide y no te quiera. Suspirando yo le dije: ay padre, si usted la viera.
Ay de mi llorona, llorona, de azul celeste: Aunque la vida me cueste, llorona, no dejaré de quererte.
No es extraño que las olas, llorona, traigan perlas a millares, si a las orillas del mar, ay llorona, te vi llorar la otra tarde.
Ay de mi llorona, llorona, de cuándo en cuándo: Solo que la mar se seque, ay llorona, no me seguiré bañando.
Se que te vas a casar, ay llorona, anda con Dios bien mio. Por el tiempo que ande ausente, no bebas agua del rio, ni dejes amor pendiente como dejaste al mio.
Ay de mi llorona, llorona llevame al rio, a ver si sus aguas juntan, llorona, tu corazón con el mio.

O.Ch.

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