A mí Olofín (que es una especie de Dios en la tierra en la tradición Yoruba y es al Dios al que más le hablo del trio: Olofín, Olorun (El Sol) y Olordumare (Dios Todo Poderoso), el es el que bajan los Babalawos para iniciarse en el rito, así que yo con camino de Obbá, solo he sabido que nos visita, pero no he podido saludarlo de mano) estoy acostumbrado a que me haga bromas pesadas, a que me haga pensar que el amor lo encontré y está muy lejos... a que los odios no los dejo y están muy cerca... a darme un perro que debía ser enano como el que escribe y crezca... ironías pues, pero en este caso se llevó las palmas... me hizo darme cuenta que el amor efectivamente está en donde no lo esperas, y que no siempre encuentras lo que estás buscando u obtienes "lo que quieres", pero te da, o te acerca a lo que NECESITAS. Y lo encontré, no se si esta es una carta de despedida amorosa a la distancia, o un acta notarial de que lo que dije e hice ayer es en serio y público... pero para allá tengo que decir algo que alguien más que conocen dice mucho mejor, ya saben yo y mis citas:
"... que quizás este sea el último misterio que verán tus ojos nacer de mis manos, pues es tarde quizás para mi y caín me ha marcado sobre la frente, pero quiero alertarte de un gran peligro y quisiera encenderte esta frase en la mente: Cuida bien tus estrellas, cuida bien tus estrellas y que nunca las pierdas..."
Soy lo que soy, entrego absolutamente todo lo que tengo a quien lo quiere recibir y da a cambio muestras de valoración de lo que se entrega por humilde e infimo que sea, y sobre todo necesito la salubridad mental de no estar especulando que su intento calculador cause un daño mayor o simplemente sea un gran juego en donde las piezas del ajedrez tengan la muy parecida forma de mi mismo y sobre todo en los peones que mandas al frente a partirse la madre porque no te importan... yo ya no puedo con eso y aunque no quieran que me salve... me estoy salvando.
Salute
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