miércoles, 3 de diciembre de 2008

Sentarme y soltar o Consejos de mi abuelo o El Regreso de Gabriel

Durante nuestros tiempos de estudio me habían enseñado alguna vez que el título del texto se pone al final, al igual que la introducción, para que si por si las dudas (muy dudables) escribes de más pues no quede corto el título, pero sobre todo por si muy certeramente escribes de menos no se sienta como que algo le falta al texto.

Estoy medianamente desemañanado a unos minutos de prepararme para irme al laburo * laburo que realmente estoy disfrutando ya que es con la sacrosanta y cada día me gusta más, pero lo cierto es que me he sentado enfrente a mi fiel aparatito este, como niño al que le dicen: no te paras hasta que no te termines todo! Mi idea es sentarme a escribir y soltar todo lo que he venido acumulando desde hace más de 4 semanas (cuando menos) (¿vieron?, ¡ya salió el título!).

Han sucedido cosas por demás extrañas, muy enriquecedoras, tuve la oportunidad y ambas gracias a mi compadre, de asistir a dos conciertos de dos grupos argentinos... Los Auténticos con quienes ya tenemos como membresía de clientes frecuentes *la belleza de los grupos grandes que cobran poco hace que se vean más y más seguido, y a los Fabulosos Cadillacs... me falta uno... veo uno más y puedo morir en paz... yo alguna vez lo había mencionado, Soda, Heroes, Silvio, Fabulosos, Van Van y Orishas y habré de poder morir en paz... faltan los Orishas, na'más. Qué gran concierto, que buenos son que barbaridad, algo muy cierto dicho por mi compadre es que ya no es lo mismo como cuándo eramos más jóvenes y la masa a nuestro al rededor era igual generacional, ya los viejitos nos quedamos a ver el concierto y no hay tanto brinco y eso, lo que hace al concierto de masas, de masas, en mi caso ya es más sobrevivible y un poco más disfrutable cuando estás a nivel de cancha (literal) pero cuando me encuentro en las alturas, a los hombros de alguno de mis amigos, en donde el flaco generalmente se hace más cargo, ese movimiento se ve literalmente artístico, es estremecedor y estremecerse así gusta.

También ha sucedido algo distinto, mi abuelo, escribí el otro día en mi cuaderno que yo tengo la "capacidad" de conocer groserías o palabras altisonantes o como les quieran decir, en muchos idiomas, pero que en definitiva no conozco palabra más desagradable, más agresiva, más hiriente que: Alz Haimmer, cabrona enfermedad deshace el mundo de la persona que lo tiene, de las personas alrededor de él(la) y todo sin desgaste fisiológico, es decir, no te enfermas físicamente... pero entramos en la dicotomía que Foucault mencionaba de Razón-Locura. Resulta una montaña rusa espantosa ya que un día puedo ver a mi abuelo con los ojos terriblemente bien abiertos llenos de pánico sin saber quién chingados es ese enano que le está hablando y le está agarrando la mano, y otro día me da consejos... si, le empecé a contar que estaba trabajando con mi mamá, su hija, en el taller, negocio que el fundó hace más de 31 años... y me empezó a aconsejar que debería de dominar absolutamente todos los procesos, de tal forma que los pueda administrar de mejor manera, una claridad asombrosa, y sobre todo asombra porque lo tomo del brazo y le cuesta trabajo caminar. El otro día fue de los peores días... saco a pasear al perro en facha de un malogrado Hugh Hefner (con bata y todo) y al regresar me encuentro a mi abuela de 84 años BARRIENDO LA CALLE... (lease que el nivel de necedad con respecto a que no lo hagas, si lo hago es otra discusión) y le pregunto el mañanero cómo estás, etc... y me dice bien... pero tu abuelo... (es queja cotidiana así que uno no se espanta de primera) re pregunto: qué tiene?... se cayó y está tirado en el suelo... ASÍ!... ¿qué?!... si, pero déjalo no se quiere levantar y está muy pesado... corro en dirección a mi casa para avisarle a la madre... que se estaba preparando para ir a desayuno de competidores que eran amigos de mi abuelo y vamos en chinga en dirección a la casa de mis abuelos, los que me conocen saben las distancias entre una y otra, los que no, no se espanten, está muy cerca. Cuando entramos a su cuarto vi una de las imágenes más escalofriantes que había visto en mucho tiempo... mi abuelo tirado en el suelo, cubierto con cobijas y almohada sí, pero en cuanto entramos tenía los ojos de mayor pánico que le había visto en su vida... te derrumba moralmente pero tienes que poner cara de no pasa nada porque sino es peor, (lo digo como experiencia de paciente) mi madre le pregunta que si se quiere levantar, da media seña de que sí, y va pa arriba... ahí uno tiene que batallar con varias cosas, mi abuelo no ayuda y mi abuela tampoco, ella trata de hacerse necesaria, indispensable, pero tiene una hernia operada... así que no DEBE cargar... así que tengo que hacer fuerza para levantar a mi abuelo que efectivamente está muy pesado, y empujar con fuerza a mi abuela sin lastimarla para que ella no cargue... y además bueno, así que digas uuuta chaparrito super mamey... todavía... ya cuando lo logramos subir a la cama, me encuentro que está completamente asustado, sin decir nada, absolutamente nada, simplemente moviendo los ojos de un lado para otro tratando de entender las cosas que definitivamente no entiende, yo le agarro la mano y empiezo a hablarle... ahí fue donde más me asusté... mi perro cada que visita esa casa tiene comportamientos muy normales se acuesta en la cama de mi abuela (en otro cuarto) se queda en la sala viendo al balcón, etc... nunca entra al cuarto de mi abuelo... de repente brinca... literalmente me empuja y le empieza a lamer las manos a mi abuelo... los que crean que los animales sienten niveles que los humanos no, me entienden, los otros, ni lo intenten. Y así es esto, no hay final fatal, simplemente una subida y bajada de status que desgasta, lo desgasta, la desgasta, nos desgasta.

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