viernes, 12 de febrero de 2010

Una canción necesaria

Después de no haber escrito por semanas, esto me contrapuntea la mente y me exige mencionarlo públicamente:

No puedo dejarte de ver, arañando el silencio con tus ojos, tratando de decir algo que las palabras nunca hubieran dicho mejor. Aquella mirada, era el resumen de la noche posado en tus ojos, con su lluvia, su viento y tu miedo al mar, y aquel sueño que te conté.

No puedo dejarte de ver describiendo una estrella descubierta por mí, en tu erótica constelación que no cabe en lo mapas del cielo. Tu mano dibujando en el aire, era capaz de ponerle color al espacio vacío que se llenaba con la luz de la estrella brillante.

Cuida bien tus estrellas mujer, cuida bien tus estrellas.

No puedo dejar de decir que hay idiomas perfectos por descubrir y que son olvidados frecuentemente en el tedio del tiempo y hay que buscarlos. Porque los barcos y las piedras tienen abecedarios mejores para demostrar que son bellos sencillamente, sin palabras o esquemas. No puedo dejar de decir que esta triste canción, a tu lado, oscurece. Que quizás este sea el último misterio que mirarán tus ojos nacer de mis manos.

Pues es tarde quizás para mí y Caín me ha marcado sobre la frente, pero quiero alertarte de un gran peligro y quisiera encenderte esta frase en la mente:

Cuida bien tus estrellas mujer, cuida bien tus estrellas, cuida bien tus estrellas mujer, y que nunca las pierdas.


S.R.

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