martes, 12 de enero de 2010

Paredes de Corcho

De hace unas semanas para acá, estoy viviendo solo. Me he mudado no muy lejos de mi original casa a un departamentito que había estado utilizando para uso exclusivo de mis santos y escapismos ocasionales mios. Ahora, ya tengo instalados varios servicios, agua caliente principalmente, es un espacio pequeño pero oficialmente es un espacio mio. El otro día me tuvimos un ligero "altercado" acerca de lo "inutilito" que era al no alcanzar cosas que no estaban a mi altura o a mi alcance y que no habían las condiciones al rededor para hacerme yo de dichas cosas. Me respondiste que como todo me lo habían dado en la mano pues me había convertido en dependiente. Los que conocen mi relación en familia saben que eso en parte es verdad... pero en parte no. Una de las frases que más admiro y más estimo de mi madre es, que a la sugerencia (impositiva) de mi abuela, de cambiar toda la casa a mi altura, mi madre respondió: El mundo no se va a adaptar a Guillermo, Guillermo se tiene que adaptar al mundo. Y durante TODOS mis años de infancia, de una u otra manera yo me las arreglaba para que aún viviendo en casa de "altos" (claro desde mi perspectiva) yo no dejara de hacer ciertas cosas. Fueron muchos años así, hay gente que no sabe que durante meses 2 o 3, yo fui enyesado desde los dedos de los pies hasta la cintura y además con un palo de escoba en medio de las piernas, que aunque yo sería el primer voluntario de utilizar dicha situación para un albur, significaba tener las piernas en una distancia en promedio de 60 centimetros separadas una de la otra. El hecho de tener yeso hasta la cintura implicaba un pequeño detalle: no poderse sentar, ¿me dejé de mover? No. Me arrastraba, si, me arrastraba literalmente por toda la casa cargando a mis 8-9 años con todo el peso de lo que implicaba dicho acompañante. En reiteradas ocasiones expulsé de mis rodillas el clavo que tenía yo injertado para hacer correcciones ortopédicas, debido a ese movimiento de fricción. Las escaleras de mi antigua casa, los que las conocen sabrán que no son muchas pero tampoco son muy pocas, las subía y las bajaba sin la utilización de mis piernas. He ahí que una de mis partes favoritas de mi cuerpo se convirtio en mi espalda ya que hice musculatura desde esa edad.
Me adapté, me chingué y me adapté.
Robert Greene en su libro "El arte de la seducción" señala que debido a la necesidad de una herramienta o arma de poder por parte de las mujeres, ya que los hombres tenían, la guerra, la política, el manejo del dinero, etc., fue la seducción, el arte a partir del control de la sexualidad. ¿A qué viene esta referencia con la historia antes contada? Años después, cuando ya tenía que tener convivencia perenne con niñ@s de mi edad, que no tenían ninguna responsabilidad para conmigo, me dí cuenta a chingadazos, literal, que yo no tenía ni la altura, ni la fuerza, ni la velocidad, ni nada en ese sentido para poder defenderme... mas que la palabra. Adapté a la gente, supe decirle a la gente lo que quería escuchar para conseguir lo que yo necesitaba y que no podía conseguir de otra manera. Me adapté y a mucha gente la chingué.
Con el paso de los años, y cuando las hormonas empezaron a partirme la madre, empecé a descuidar el discurso y a resultar ofuscadamente violento queriendo adaptarme e integrarme, pasé por unos años de secundaria terribles en donde mi violencia más su violencia de mis compañeros hicieron que en un momento determinado sufriera de fiebre y migraña por corajes. Entré a la preparatoria y me dí cuenta que yo era demasiado violento con gente que no me estaba violentando y me costó. Tuve que bajarle varios decibeles a mi manera de ser para poder siquiera convivir. Me adapté, lo sufrí, pero me adapté.
A finales de la preparatoria y a inicios de la carrera me encontré con gente que quería estar ahí, que yo no necesitaba decirle lo que querían escuchar para poder obtener lo que quería, se convirtieron en concensos, en debates, en argumentos y democracias. Cambié de grupo de amigos y eso se incrementó aún más, empecé a dialogar todavía más, a querer conocer otras formas que no fueran las mías, a no ser violento, a tener compadrazgos verdaderos. Me adapté, lo disfruto a la fecha.
Ahora, ahora mi mundo lo adapto a mi, cuando regresé de Estados Unidos me habían cambiado la cortina de mi cuarto en mi otra casa por una persiana que era más una tela de araña que una verdadera protección contra la luz, así fueran las 3 de la mañana o las 7 de la mañana después de haber llegado a las 5 o 6 yo ya estaba despierto porque la luz del foco del poste de enfrente o el sol mañanero pasaban con singular alegría através de esa perciana. Ahora, ahora en mi casa tengo una cortina igual de patética, pero taponée la ventana con carton especial para proteger las placas fotosensibles con las que trabajamos en la empresa. El closet de mi antigua casa era compartido, 6 cajones, un espacio, y la parte de abajo de un tubo para colgar ropa, de un closet del tamaño de una pared de unos 5*2 metros cuadrados. Estoy mandando a hacer un closet de mi tamaño, para mí, para nadie más, en donde no tenga que hacer esfuerzo. El baño, no tengo que subirme a ningún banco para alcanzar el lavabo. La cama en donde aún estoy acostado fue la cama que utilizó e.p.d. mi hermano y que después se le adaptó y utilizó e.p.d. mi abuelo. Está alta, desde el colchón no alcanzo el piso, mi cama que será entregada a mediados de abril, es baja, del color que yo quiero que hará juego con el closet a mi tamaño.


Cambiaré la ventana ya que esta te permite escuchar muy sensualmente al oido las conversaciones que tienen el carnal que recoge la basura con sus chalanes acerca de su noche anterior. La manija para abrirla o cerrarla, estará abajo.
No habrá pintura en las paredes, habrá caucho, que en el verano refresca, en el invierno calienta, aisla el sonido y me gusta con una chingada.

El cuarto, el depto. se adaptará a mi.

2 comentarios:

silvielena dijo...

La adaptación de los espacios físicos es una cuestión importantísima para las personas con discapacidad, que en su caso tiene que ver con hacer muebles y demás de tamaño más pequeño.

Celebro que haga su espacio adaptable. Sin embargo, creo que va a tener que seguir adaptándose a muchas cosas en el mundo exterior, y no sólo usted, sino todos y todas.

Llevo una semana tratando de adaptarme al frío, y ahí la llevo. Llevo tres años adaptándome al extraño mundo del periodismo. Y próximamente tendré que adaptarme a vivir en otro país.

PD. Me gustó el término "los altos". Debería hacer un post del mundo de los altos, incluso un blog entero.

doc dijo...

Comapdre...su depto más bien parecerá una crujía, por que tiene usted un completo desprecio hacia la luz natural. No me quedaron del todo claro los conceptos decorativos pero si quiere y puede pues ponga a su espacio lo que se le antoje y termine, más que de adaptarlo de adoptarlo.

Ya me había contado mucho de lo que puso en la entrada y otro tanto lo viví. Certifico que se ha adaptado al mundo de LOS ALTOS, pero censuro que en ocasiones se haya valido de actitudes un tanto viciadas para hacerlo, echando a un lado las virtudes.

Lo que más me gusta de su proyecto inmobiliario y mobiliario es que va a ser una forma de mantenerlo motivado (y algo endeudado) por bastante tiempo y que cuando lo acabe tendrá nuevas visiones para otros proyectos.

Todos tenemos un universo mental y físico en el que nos recreamos y para tener la cabeza en orden hay que resolver los dos. Espero que ahora que está resolviendo el hábitat comiencen a aflorarle la templanza y sobre todo la cordura para que se siga acercando a la plenitud y olvide su inpass entre su mundo y el de los otros. Al fin y al cabo...hasta donde yo sé es el mismo.