(Imaginen la clave cubana en 3 y 2 de fondo)
Cierto que huí de los fastos y de los oropeles, y que jamás puse en venta ninguna quimera. Siempre evité ser un súbdito de los laureles, porque vivir es un vértigo y no una carrera. Pero, quiero que me digas amor, que no todo fue naufragar por haber creido que amar era el verbo más bello. Dímelo, me va la vida en ello.
Cierto que no prescindí de ningun laberinto, que amenazara con un callejón sin salida, ante otro más de lo mismo, creí en lo distinto, porque vivir es una búsqueda y no una guarida. Pero, quiero que me digas amor, que no todo fue naufragar, por haber creido que amar era el verbo más bello.
Dímelo, me va la vida en ello.
Cierto que cuando aprendí que la vida iba en serio, quise quemarla de prisa jugando con fuego, y me abracé defendiendo mi propio criterio, porque vivir es más que unas reglas en juego. Pero, quiero que me digas amor, que no todo fue naufragar, por haber creido que amar era el verbo más bello.
Dímelo, me va la vida en ello...
me va la vida en ello.
S.R.
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